SOBRE
LAS ELECCIONES A LA JUNTA DE FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS.
Son varias las cosas que desde el Colectivo Miles de Voces
podemos comentar de las elecciones a la Junta de Facultad celebradas el 6 de
mayo de 2013.
Para empezar, la Junta de Facultad es un órgano que dirige
el Decanato y en el que se aprueba todo aquello que tenga que ver con el
funcionamiento de la facultad, desde actividades transversales hasta oferta
docente. Participan en ella el estudiantado, el profesorado y el PAS de la
facultad. Además son miembros natos los miembros del equipo decanal y las/os
directoras/es de Departamentos que tengan relación académica con la facultad.
En estas elecciones lo primero
a comentar es que, al ser de las pocas veces que se presentan a vista
pública los censos del estudiantado matriculado en la Facultad, podemos ver la
progresión que ha habido. Mientras que hace un par de años el número de
matrículas rondaba las 1.100, ahora se ha reducido a 830. Esto sólo
muestra lo que venimos denunciando desde hace tiempo: que
el "tasazo" impulsado, primero por el Ministro Gabilondo, y
más brutalmente por el Ministro Wert, significa la expulsión por criterio de
renta de un buen número de compañeros y compañeras. Se trata de restringir el
acceso de la Universidad Pública sólo a quien se lo pueda permitir. La segunda que es importante destacar es
que de esos/as 830 alumnos/as sólo ejercieron su voto 73. Esto evidencia una vez más lo alejadas que están estas instituciones
del día a día de nuestras/os compañeras/os.
Sin embargo, en el PDI sí que se ha dado una
participación más amplia. De un censo de 117 han votado 99. En cualquier caso,
lo más importante que se puede leer son los resultados que han tenido los
miembros de los anteriores equipos decanales.
El Colectivo Miles de Voces hemos sufrido a los últimos dos
equipos decanales, tanto el del periodo de 2008-2011, dirigido por José Ignacio
Ruiz Rodríguez, como su continuación con Mª Luisa Juárez. Lo hemos sufrido
tanto por nuestra condición de estudiantes como por ser un colectivo organizado
políticamente.
Quedará en la memoria de muchos/as antiguos/as
estudiantes la frialdad con la que trataban las reivindicaciones del
estudiantado contra el Plan Bolonia. Su empatía con el colectivo estudiantil se
resume perfectamente en la frase “Quien quiera estudiar y trabajar a la vez
tiene la UNED”. Tampoco podemos olvidar el recorte de optativas que dejaron al estudiantado en el limbo por no
asegurarse el número de créditos optativos necesarios para terminar el
Primer Ciclo de algunas licenciaturas. Mucho más difícil de olvidar es la censura contra una exposición sobre lavisita del Papa, y los gastos para el erario público que iba a suponer.
Existen muchos más desmanes que nos quedarán en la memoria colectiva, como el fin del Aula Magna para instalar a una
entidad que no sabemos qué tiene que ver con la filosofía y con las letras,
eliminándonos el único espacio amplio para dar clase, complicando el acceso al
estudiantado con problemas de movilidad. Podríamos seguir con una larga lista
de ejemplos, como los horarios, la gestión de las prácticas externas, la
relación con el Obispado de Alcalá,... La impresión generalizada es que nunca
se preocuparon por el futuro de la educación pública ni de la propia
Facultad. La indignación sólo llego a
los despachos del Decanato cuando se planteó una fusión de centros que haría
desequilibrar el poder adquirido.
Lo más curioso es que de los cargos orgánicos de los
antiguos decanatos que se presentaban a las elecciones a la Junta de Facultad
ninguno obtuvo los votos necesarios para poder ser miembros de la Junta de
Facultad: Ignacio Pulido (Vicedecano
de 2008-2011 y actual gestor de las prácticas externas de Historia) obtuvo sólo
el apoyo de 19 de sus compañeros. José Ignacio Ruiz Rodríguez (Decano
2008-2011), aumentó el apoyo a 22
votos. Mª Luisa Juárez, anterior
Decana, consiguió el apoyo de 27 de
sus compañeras/os. Ana Isabel Labra,
(Secretaria de la Facultad 2008-2012), 26
votos. Para obtener un mínimo de representación era necesario obtener 41 votos,
quedando bastante lejos de ese resultado.
Esta serie de hechos nos ha planteado una pregunta ¿Qué legitimidad tenían quienes censuraban
exposiciones y aplicaban las reformas sin preocuparse por las consecuencias
para el estudiantado? Ni siquiera han sido elegidos entre sus compañeras/os
para los órganos que anteriormente presidían.
Hoy en
Filosofía y Letras podemos decir que el tiempo ha puesto a cada uno en su
lugar.